Mantenimiento de escaleras eléctricas

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¿Por qué es clave para la seguridad y la continuidad operativa?

Las escaleras eléctricas están en uso constante y soportan alto flujo de personas, lo que acelera su desgaste mecánico.
Por eso requieren un mantenimiento más frecuente que un ascensor: su funcionamiento continuo hace que cualquier falla impacte de inmediato en la experiencia del usuario y en la seguridad del edificio.

¿Por qué es esencial el mantenimiento?

Porque evita que el desgaste invisible se convierta en daño visible.
Antes de que se presenten ruidos, vibraciones o detenciones, ya hubo un deterioro interno que solo se identifica con inspecciones técnicas periódicas.

Un mantenimiento adecuado garantiza:

  • Operación estable y silenciosa

  • Desplazamiento seguro en zonas de ingreso y salida

  • Menor fricción y desgaste de la cadena

  • Conservación del pasamanos y peldaños

  • Continuidad del servicio sin interrupciones

¿Qué riesgos se previenen?

 

  • Fallas inesperadas en plena operación

  • Vibraciones o tirones que generan inseguridad

  • Desnivel o desalineación del pasamanos

  • Paradas bruscas o bloqueo del sistema

  • Afectación directa a la experiencia del usuario

El mantenimiento preventivo en escaleras eléctricas evita riesgos que no son visibles a simple vista, pero que afectan directamente la seguridad del usuario.
La mayoría de fallas en escaleras no aparecen de un día para otro: comienzan con pequeños desajustes mecánicos, desgaste por fricción o acumulación de suciedad en componentes internos.

Cuando estos elementos no se inspeccionan a tiempo, pueden derivar en:

  • Vibraciones y tirones → indicio de desgaste en cadena o peldaños

  • Desnivel del pasamanos → genera pérdida de estabilidad en el usuario

  • Paradas bruscas → pueden causar caídas o retrocesos inesperados

  • Bloqueos en la zona de entrada o salida → puntos donde ocurren la mayoría de incidentes

Conclusión

El mantenimiento de escaleras eléctricas no es únicamente una tarea técnica; es un factor directo de seguridad, eficiencia operativa y protección del activo.
Al tratarse de un sistema expuesto a tránsito continuo, cualquier deterioro interno, por mínimo que sea, impacta en la experiencia del usuario y en la confianza hacia la infraestructura del edificio.

Cuando el mantenimiento es preventivo, la escalera opera con estabilidad, evita interrupciones inesperadas y prolonga su vida útil. Además, reduce costos futuros, mejora la percepción del servicio y asegura que el desplazamiento sea seguro desde el primer punto de contacto del usuario.

Dejar el mantenimiento para después implica aceptar mayor desgaste, riesgo operativo y un costo correctivo más alto.
Anticiparse no solo cuida el equipo: protege la operación, la reputación y la seguridad de quienes lo utilizan.

¿Quieres una evaluación técnica de tus escaleras eléctricas? Escríbenos.

 

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