La modernización suele ser la primera opción al extender la vida útil de un elevador. Sin embargo, existen escenarios en los que los componentes críticos han superado su ciclo de vida útil, la eficiencia energética es insuficiente o la seguridad se ve comprometida. En estos casos, la mejor inversión no está en actualizar piezas, sino en apostar por un reemplazo total.
El reemplazo total significa retirar el sistema completo y montar un elevador nuevo, pero compatible con el pozo existente del edificio. Esto reduce los costos estructurales y evita intervenciones mayores en la arquitectura. Los beneficios son claros:
- Mayor confiabilidad y seguridad: equipos de última generación cumplen con las normas internacionales más exigentes (EN, ISO, ADA).
- Eficiencia energética: sistemas regenerativos, iluminación LED y modos inteligentes que reducen costos operativos.
- Mejor experiencia de usuario: trayectos más cómodos, silenciosos y accesibles, incluyendo ascensores diseñados para personas con movilidad reducida.
- Valor agregado al inmueble: un elevador nuevo eleva el prestigio del edificio y asegura continuidad operativa a largo plazo.
Entendemos el reemplazo total como una inversión estratégica: menos fallas, más eficiencia y un sistema preparado para las próximas décadas.






